woman wearing pink top

Cómo superar el miedo escénico en las presentaciones

¿Te pones nervioso cuando tienes que hablar en público? ¿Te tiemblan las manos, la voz o las piernas? ¿Te bloqueas o te olvidas de lo que ibas a decir? Si te sientes identificado con estas situaciones, no te preocupes, no eres el único. El miedo escénico es una reacción muy común que afecta a muchas personas, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Pero, ¿qué es el miedo escénico y por qué se produce? ¿Se puede superar? ¿Qué técnicas y consejos existen para mejorar la confianza y la expresión en las presentaciones? En este artículo te vamos a dar las respuestas a estas preguntas y te vamos a mostrar cómo puedes vencer el miedo escénico y convertirte en un orador eficaz y persuasivo.

¿Qué es el miedo escénico y por qué se produce?

El miedo escénico es una sensación de ansiedad, nerviosismo o temor que surge cuando tenemos que enfrentarnos a una situación de exposición pública, ya sea individual o grupal. Se trata de una respuesta emocional que activa el sistema nervioso simpático, el cual prepara al organismo para la lucha o la huida. Esto provoca una serie de síntomas físicos, como sudoración, palpitaciones, temblores, sequedad de boca, náuseas, etc. También puede afectar a la capacidad cognitiva, provocando dificultades para concentrarse, recordar, organizar o expresar las ideas. Además, puede generar una baja autoestima, una anticipación negativa, una falta de seguridad o una sensación de vulnerabilidad.

El miedo escénico se produce por varios factores, entre los que se pueden destacar los siguientes:

  • La falta de experiencia o de preparación. Cuando no estamos acostumbrados a hablar en público o no hemos ensayado lo suficiente, es normal que nos sintamos inseguros y que temamos no hacerlo bien o no cumplir con las expectativas.
  • La importancia o la dificultad de la situación. Cuando la presentación tiene una gran relevancia para nosotros o para nuestro público, o cuando el tema es complejo o controvertido, es normal que nos sintamos más presionados y que temamos no estar a la altura o cometer un error.
  • La evaluación o el juicio de los demás. Cuando nos sentimos observados, evaluados o juzgados por nuestro público, es normal que nos sintamos más expuestos y que temamos no gustar, no convencer o ser rechazados.
  • La personalidad o el autoconcepto. Cuando tenemos una personalidad introvertida, tímida o perfeccionista, o cuando tenemos un autoconcepto negativo o una baja autoestima, es normal que nos sintamos más vulnerables y que temamos no ser capaces, no valer o no merecer.
student, typing, keyboard-849825.jpg

¿Se puede superar el miedo escénico?

La buena noticia es que el miedo escénico se puede superar. No se trata de eliminarlo por completo, ya que un cierto grado de nerviosismo puede ser positivo y estimulante, sino de controlarlo y reducirlo a un nivel óptimo que nos permita rendir mejor y disfrutar más de la experiencia. Para ello, existen una serie de técnicas y consejos que podemos aplicar antes, durante y después de la presentación, y que se basan en tres pilares fundamentales: la preparación, la relajación y la autoafirmación.

La preparación

La preparación es la clave para afrontar con éxito cualquier presentación. Cuanto más preparados estemos, más seguros nos sentiremos y menos miedo tendremos. Para preparar una presentación, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • El objetivo. Debemos definir claramente qué queremos conseguir con nuestra presentación, qué mensaje queremos transmitir y qué acción queremos provocar en nuestro público.
  • El público. Debemos conocer a nuestro público, sus características, sus intereses, sus necesidades, sus expectativas y sus posibles objeciones. Así podremos adaptar nuestro contenido, nuestro tono y nuestro lenguaje a su perfil y a su nivel de conocimiento.
  • El contenido. Debemos seleccionar y organizar la información que queremos comunicar, siguiendo una estructura lógica y coherente, que incluya una introducción, un desarrollo y una conclusión. Debemos evitar el exceso o la falta de información, y centrarnos en lo esencial, lo relevante y lo interesante. Debemos usar ejemplos, datos, citas, anécdotas o historias que apoyen nuestras ideas y que capten la atención y la empatía del público.
  • El material. Debemos elegir y preparar el material que vamos a usar para apoyar nuestra presentación, como diapositivas, gráficos, imágenes, vídeos, etc. Debemos asegurarnos de que el material sea claro, atractivo, coherente y complementario al contenido, y que no lo sustituya ni lo distraiga. Debemos comprobar que el material funciona correctamente y que tenemos copias de seguridad por si acaso.
  • El ensayo. Debemos ensayar nuestra presentación varias veces, tanto en solitario como en compañía de alguien que nos pueda dar feedback. Debemos practicar el contenido, el tiempo, el tono, el ritmo, la entonación, la pronunciación, el lenguaje corporal, el contacto visual, etc. Debemos grabarnos o filmarnos para poder analizar nuestros puntos fuertes y débiles y mejorarlos. Debemos ensayar también posibles preguntas o imprevistos que puedan surgir durante la presentación.

La relajación

La relajación es la herramienta para controlar la ansiedad y el nerviosismo que nos provoca el miedo escénico. Cuanto más relajados estemos, más calmados nos sentiremos y menos miedo tendremos. Para relajarnos, podemos aplicar las siguientes técnicas:

  • La respiración. La respiración es el elemento más básico y más efectivo para relajarnos. Debemos respirar de forma profunda, lenta y rítmica, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Debemos concentrarnos en el aire que entra y sale de nuestros pulmones, y sentir cómo se expande y se contrae nuestro abdomen. Debemos hacer esto varias veces antes, durante y después de la presentación.
  • La visualización. La visualización consiste en imaginar mentalmente una situación positiva y agradable, que nos transmita paz, tranquilidad y confianza. Podemos visualizar un lugar que nos guste, una persona que nos apoye, un recuerdo que nos haga feliz, o el éxito de nuestra presentación. Debemos hacer esto con los ojos cerrados, y tratar de involucrar todos nuestros sentidos, como el oído, el olfato, el tacto o el gusto. Debemos hacer esto antes de la presentación, o en los momentos previos a salir al escenario.
  • La relajación muscular. La relajación muscular consiste en tensar y relajar los diferentes grupos musculares de nuestro cuerpo, empezando por los pies y terminando por la cabeza. Debemos hacer esto de forma progresiva, manteniendo la tensión durante unos segundos y luego soltándola, mientras respiramos profundamente. Debemos sentir cómo se relaja cada parte de nuestro cuerpo, y cómo se libera la tensión acumulada. Debemos hacer esto antes de la presentación, o en un lugar apartado donde podamos estar cómodos y sin interrupciones.
  • El humor. El humor es una forma de relajarnos y de liberar la presión que nos genera el miedo escénico. Podemos usar el humor para reírnos de nosotros mismos, de nuestras debilidades, de nuestros errores o de nuestras situaciones absurdas. Podemos usar el humor para conectar con nuestro público, para romper el hielo, para generar complicidad o para aliviar la tensión. Podemos usar el humor para disfrutar de la presentación, para divertirnos y para divertir a los demás. Eso sí, debemos usar el humor con moderación, con respeto y con sentido común, evitando ofender, herir o molestar a nadie.
  • La autoafirmación. La autoafirmación consiste en reforzar la confianza y la seguridad que nos faltan por el miedo escénico. Cuanto más confiados y seguros estemos, más positivos nos sentiremos y menos miedo tendremos. Para autoafirmarnos, podemos aplicar los siguientes consejos:
  • El pensamiento positivo. El pensamiento positivo consiste en sustituir los pensamientos negativos, irracionales o catastróficos que nos generan el miedo escénico, por pensamientos positivos, racionales o realistas que nos ayuden a afrontarlo. Por ejemplo, en vez de pensar “voy a hacer el ridículo”, podemos pensar “voy a hacerlo lo mejor que pueda”. En vez de pensar “no sé nada del tema”, podemos pensar “he estudiado y me he preparado bien”. En vez de pensar “me van a criticar o a rechazar”, podemos pensar “me van a escuchar y a respetar”. Debemos repetirnos estos pensamientos positivos antes, durante y después de la presentación, y tratar de creerlos y de sentirlos.
  • El autoelogio. El autoelogio consiste en reconocer y valorar nuestros logros, nuestras capacidades, nuestras cualidades y nuestros esfuerzos. Debemos ser conscientes de todo lo que hemos hecho y de todo lo que podemos hacer, y no minimizarlo ni compararlo con los demás. Debemos felicitarnos y premiarnos por cada paso que damos, por cada reto que superamos, por cada mejora que conseguimos. Debemos ser nuestro mejor amigo y nuestro mejor aliado, y no nuestro peor enemigo y nuestro peor crítico.
  • El autoconocimiento. El autoconocimiento consiste en saber quiénes somos, qué queremos, qué nos gusta, qué nos motiva, qué nos asusta, qué nos limita, qué nos fortalece, etc. Debemos explorar y aceptar nuestra personalidad, nuestra historia, nuestros valores, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestros comportamientos, etc. Debemos ser auténticos y coherentes con nosotros mismos, y no tratar de ser lo que no somos o lo que los demás quieren que seamos. Debemos expresar nuestra opinión, nuestra creatividad, nuestra originalidad, nuestra singularidad, etc. Debemos ser nosotros mismos, y no una copia o una máscara.

Conclusión

En conclusión, el miedo escénico es una reacción normal y natural que afecta a muchas personas cuando tienen que hablar en público. Sin embargo, no es un obstáculo insuperable, sino un desafío que se puede vencer con una buena preparación, una buena relajación y una buena autoafirmación. Si seguimos estas técnicas y consejos, podremos mejorar nuestra confianza y nuestra expresión en las presentaciones, y convertirnos en oradores eficaces y persuasivos. Así que no tengas miedo, y atrévete a hablar en público. Verás cómo te sorprendes a ti mismo y a los demás.

¿Qué más puedes aprender en la web https://tuformaciongratis.com?

Si te ha gustado el curso te invitamos a que visites la web y encontrarás muchos más cursos gratis sobre diferentes temáticas.

Algunos de los temas que puedes aprender en la web son:

  • Idiomas: aprende inglés, francés, alemán, italiano, chino o cualquier otro idioma que te interese con cursos gratis de todos los niveles y modalidades. Mejora tu pronunciación, tu gramática, tu vocabulario y tu comprensión con lecciones interactivas y divertidas.
  • Informática: aprende informática básica, ofimática, programación, diseño gráfico, edición de video o cualquier otra habilidad digital que te ayude a mejorar tu perfil profesional o personal.
  • Salud: aprende salud y bienestar con cursos gratis sobre nutrición, dietética, medicina natural, primeros auxilios o cualquier otro tema relacionado con la salud. Aprende a cuidar de ti mismo y de los demás.
  • Ocio: aprende ocio y entretenimiento con cursos gratis sobre música, fotografía, cocina, jardinería o cualquier otro tema que te apasione o te relaje. Aprende a desarrollar tu creatividad y tu talento con actividades divertidas y enriquecedoras.

Y cursos de la misma temática

Gracias por haber llegado hasta aquí y haber leído el artículo. Y si quieres seguir aprendiendo te recomiendo que visites la sección de libros gratis y la tienda de la web tuformaciongratis.com, donde encontrarás más recursos, también puedes buscar en nuestro catálogo muchos otros cursos interesantes.

Espero que este artículo te haya sido útil y que disfrutes del curso. Si tienes alguna duda o comentario, puedes dejarlo abajo. Y si te ha gustado el artículo, compártelo con tus amigos y contactos en las redes sociales, seguro que hay muchas personas interesadas en formarse completamente gratis.

¡Muchas gracias y hasta pronto!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *