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Cómo mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo

¿Te sientes frustrado, estresado o desanimado por la búsqueda de empleo? ¿Te cuesta mantener la ilusión y la confianza en ti mismo? ¿Te gustaría saber cómo cuidar tu salud física y mental durante este proceso?

Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, este artículo es para ti. En él, te voy a enseñar algunas estrategias y recursos para afrontar el estrés y la frustración que puede generar la búsqueda de empleo, así como para cuidar la salud física y mental durante el proceso.

La búsqueda de empleo es una actividad que requiere de mucha dedicación, esfuerzo y paciencia. No siempre se obtienen los resultados esperados, y eso puede afectar a nuestro estado de ánimo, nuestra autoestima y nuestra motivación.

Por eso, es importante que sepas cómo mantener el equilibrio entre tu vida personal y profesional, cómo gestionar tus emociones y cómo aprovechar los recursos que tienes a tu alcance para mejorar tu empleabilidad.

¿Qué es la motivación y por qué es importante en la búsqueda de empleo?

La motivación es el conjunto de factores internos y externos que nos impulsan a realizar una acción o a perseguir un objetivo. La motivación es fundamental para la búsqueda de empleo, ya que nos ayuda a:

  • Definir nuestros objetivos profesionales y personales
  • Planificar y organizar nuestra búsqueda de empleo
  • Desarrollar nuestras competencias y habilidades
  • Adaptarnos a los cambios y a las oportunidades del mercado laboral
  • Superar los obstáculos y los rechazos
  • Mantener una actitud positiva y proactiva

Sin embargo, la motivación no es algo que se tenga o no se tenga, sino que se puede generar, mantener y recuperar. Para ello, es necesario que conozcas los factores que influyen en tu motivación y que aprendas a gestionarlos adecuadamente.

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¿Qué factores influyen en la motivación en la búsqueda de empleo?

Los factores que influyen en la motivación en la búsqueda de empleo se pueden clasificar en dos tipos: intrínsecos y extrínsecos.

Los factores intrínsecos son aquellos que dependen de nosotros mismos, de nuestra personalidad, nuestros valores, nuestras creencias y nuestras expectativas. Algunos ejemplos de factores intrínsecos son:

  • La autoestima: el grado de valoración y aprecio que tenemos hacia nosotros mismos
  • La autoeficacia: la confianza en nuestra capacidad para lograr nuestros objetivos
  • La autonomía: la capacidad para tomar decisiones y actuar de forma independiente
  • El interés: el grado de satisfacción y placer que nos produce realizar una actividad
  • El propósito: el sentido y la trascendencia que le damos a nuestra vida y a nuestro trabajo

Los factores extrínsecos son aquellos que dependen del entorno, de las circunstancias y de las personas que nos rodean. Algunos ejemplos de factores extrínsecos son:

  • El feedback: la información que recibimos sobre nuestro desempeño y nuestros resultados
  • El reconocimiento: el grado de valoración y aprecio que recibimos de los demás
  • La recompensa: el beneficio o la gratificación que obtenemos por realizar una actividad
  • El apoyo: la ayuda y el acompañamiento que recibimos de otras personas
  • El clima: el ambiente y las condiciones en las que realizamos una actividad

Los factores intrínsecos y extrínsecos se pueden complementar y potenciar entre sí, pero también pueden entrar en conflicto o desequilibrarse. Por ejemplo, si recibimos un feedback negativo o un rechazo, nuestra autoestima y nuestra autoeficacia pueden verse afectadas. O si realizamos una actividad que no nos interesa ni nos aporta nada, nuestra motivación puede disminuir.

Por eso, es importante que seamos conscientes de los factores que influyen en nuestra motivación y que tratemos de equilibrarlos y armonizarlos.

¿Cómo mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo?

Para mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo, te propongo que sigas estas estrategias y recursos:

1. Define tus objetivos y tu plan de acción

El primer paso para mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo es tener claro qué quieres conseguir y cómo vas a hacerlo. Para ello, te recomiendo que definas tus objetivos profesionales y personales, y que los escribas en un papel o en un documento digital.

Tus objetivos deben ser SMART, es decir, específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales. Por ejemplo, en vez de decir “quiero encontrar un trabajo”, puedes decir “quiero encontrar un trabajo de administrativo en una empresa del sector turístico en los próximos tres meses”.

Una vez que tengas tus objetivos, debes elaborar un plan de acción que te ayude a conseguirlos. Un plan de acción es un documento que recoge las acciones, los recursos, los plazos y los indicadores que vas a utilizar para lograr tus objetivos. Por ejemplo, si tu objetivo es encontrar un trabajo de administrativo en una empresa del sector turístico en los próximos tres meses, tu plan de acción podría incluir las siguientes acciones:

  • Actualizar mi currículum y adaptarlo al puesto y al sector
  • Crear un perfil profesional en LinkedIn y conectar con personas del sector
  • Buscar ofertas de empleo en portales web, redes sociales y bolsas de empleo
  • Enviar mi currículum a las empresas que me interesen y hacer un seguimiento
  • Preparar las entrevistas de trabajo y practicar con un amigo o familiar
  • Solicitar feedback y aprender de los errores

Tu plan de acción debe ser flexible y adaptable, ya que puede haber cambios o imprevistos que te obliguen a modificarlo. Lo importante es que revises tu plan de acción periódicamente y que evalúes tus resultados y tu progreso.

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2. Desarrolla tus competencias y habilidades

Otra estrategia para mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo es desarrollar tus competencias y habilidades. Las competencias y habilidades son las capacidades que tienes para realizar una actividad o resolver un problema. Algunas competencias y habilidades son específicas de un puesto o de un sector, y otras son transversales o genéricas, es decir, que se pueden aplicar a diferentes ámbitos.

Desarrollar tus competencias y habilidades te va a permitir:

  • Mejorar tu empleabilidad y tu competitividad en el mercado laboral
  • Aumentar tu confianza y tu autoeficacia
  • Ampliar tus opciones y oportunidades profesionales
  • Adaptarte a los cambios y a las demandas del entorno
  • Aprender cosas nuevas y mantener tu mente activa

Para desarrollar tus competencias y habilidades, puedes aprovechar los recursos que tienes a tu alcance, como por ejemplo:

  • Cursos online o presenciales, gratuitos o de pago, de diferentes temáticas y niveles
  • Libros, revistas, blogs, podcasts, vídeos, etc., que te aporten información y conocimiento
  • Webinars, talleres, conferencias, etc., que te permitan interactuar y aprender de otros profesionales
  • Proyectos personales, voluntariados, colaboraciones, etc., que te den experiencia y visibilidad
  • Mentores, coaches, asesores, etc., que te orienten y te guíen en tu desarrollo profesional

Lo importante es que elijas los recursos que más se adapten a tus necesidades, intereses y objetivos, y que los aproveches al máximo. También es importante que actualices tu currículum y tu perfil profesional con las competencias y habilidades que vayas adquiriendo, y que las demuestres con ejemplos y evidencias.

3. Gestiona tus emociones

La tercera estrategia para mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo es gestionar tus emociones. Las emociones son reacciones psicofisiológicas que experimentamos ante determinadas situaciones o estímulos. Las emociones tienen una función adaptativa, ya que nos ayudan a responder y a sobrevivir. Sin embargo, algunas emociones pueden ser negativas o desagradables, y pueden afectar a nuestro bienestar y a nuestro rendimiento.

La búsqueda de empleo puede generar emociones negativas o desagradables, como por ejemplo:

  • Ansiedad: un estado de nerviosismo, inquietud o preocupación excesiva por el futuro o por las consecuencias de nuestras acciones
  • Estrés: una respuesta de activación o alerta ante una situación que percibimos como amenazante o desafiante
  • Frustración: una sensación de insatisfacción o decepción por no conseguir lo que deseamos o esperamos
  • Tristeza: una emoción de baja intensidad y larga duración que se produce por una pérdida o un fracaso
  • Ira: una emoción de alta intensidad y corta duración que se produce por una ofensa o una injusticia
  • Miedo: una emoción de alta intensidad y corta duración que se produce por una amenaza real o imaginaria

Estas emociones negativas o desagradables pueden tener consecuencias negativas en nuestra salud física y mental, como por ejemplo:

  • Alteraciones del sueño, del apetito, de la digestión, etc.
  • Dolores de cabeza, de espalda, de estómago, etc.
  • Fatiga, cansancio, falta de energía, etc.
  • Baja autoestima, falta de confianza, sentimiento de culpa, etc.
  • Aislamiento, soledad, depresión, etc.

Por eso, es importante que aprendas a gestionar tus emociones de forma adecuada, para que no te afecten negativamente y para que puedas aprovechar sus aspectos positivos. Para gestionar tus emociones, puedes seguir estos pasos:

  • Identifica tus emociones: reconoce qué emoción estás sintiendo, qué la ha provocado y cómo se manifiesta en tu cuerpo y en tu mente
  • Acepta tus emociones: no reprimas ni niegues tus emociones, sino que acéptalas como algo natural y humano, y no te juzgues ni te critiques por sentirlas
  • Exprésate tus emociones: busca una forma de expresar tus emociones de forma constructiva, ya sea hablando con alguien de confianza, escribiendo en un diario, dibujando, haciendo ejercicio, etc.
  • Regula tus emociones: busca una forma de reducir la intensidad o la duración de tus emociones negativas o desagradables, ya sea respirando profundamente, relajándote, distrayéndote, pensando en positivo, etc.
  • Aprende de tus emociones: busca una forma de extraer un aprendizaje o una oportunidad de tus emociones, ya sea identificando tus fortalezas, tus debilidades, tus necesidades, tus objetivos, etc.

4. Cuida tu salud física y mental

La cuarta estrategia para mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo es cuidar tu salud física y mental. La salud física y mental son dos aspectos que están íntimamente relacionados, y que influyen en nuestra calidad de vida y en nuestro bienestar. Cuidar tu salud física y mental te va a permitir:

  • Prevenir o reducir los efectos negativos del estrés, la ansiedad, la frustración, etc.
  • Mejorar tu estado de ánimo, tu autoestima y tu confianza
  • Aumentar tu energía, tu vitalidad y tu creatividad
  • Mejorar tu concentración, tu memoria y tu rendimiento
  • Disfrutar más de tu vida personal y profesional

Para cuidar tu salud física y mental, puedes seguir estas recomendaciones:

  • Aliméntate de forma equilibrada y variada, evitando el consumo excesivo de grasas, azúcares, sal, alcohol, cafeína, etc.
  • Hidrátate adecuadamente, bebiendo al menos dos litros de agua al día, y evitando las bebidas azucaradas, alcohólicas o con gas
  • Haz ejercicio físico de forma regular, al menos tres veces por semana, durante 30 minutos, eligiendo una actividad que te guste y que se adapte a tu nivel y a tu condición física
  • Descansa lo suficiente, durmiendo entre siete y ocho horas al día, siguiendo unos horarios regulares, y evitando las distracciones o los estímulos que puedan alterar tu sueño
  • Relájate y medita, practicando técnicas de relajación o de meditación que te ayuden a liberar la tensión, a calmar la mente y a conectar con tu cuerpo y con tu respiración
  • Diviértete y socializa, dedicando tiempo a las actividades que te gustan y que te hacen feliz, y compartiendo momentos con tu familia, tus amigos, tus compañeros, etc.
  • Pide ayuda y apoyo, cuando lo necesites, a las personas que te quieren y te respetan, o a profesionales que te puedan orientar y asesorar
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5. Mantén una actitud positiva y proactiva

La quinta y última estrategia para mantener la motivación y el equilibrio en la búsqueda de empleo es mantener una actitud positiva y proactiva. La actitud es la forma de pensar, de sentir y de actuar ante una situación o un problema. La actitud puede ser positiva o negativa, y puede influir en nuestra percepción, en nuestra motivación y en nuestros resultados.

Mantener una actitud positiva y proactiva te va a permitir:

  • Ver el lado bueno de las cosas, y no solo los problemas o los obstáculos
  • Aprovechar las oportunidades, y no solo las amenazas o los riesgos
  • Ser optimista, y no solo realista o pesimista
  • Ser responsable, y no solo víctima o culpable
  • Ser protagonista, y no solo espectador o seguidor

Para mantener una actitud positiva y proactiva, puedes seguir estos consejos:

  • Piensa en positivo, y sustituye los pensamientos negativos o limitantes por pensamientos positivos o potenciadores. Por ejemplo, en vez de decir “no soy capaz de encontrar un trabajo”, puedes decir “voy a hacer todo lo posible por encontrar un trabajo”
  • Refuérzate en positivo, y reconoce tus logros, tus avances, tus fortalezas, tus virtudes, etc. Por ejemplo, puedes decirte a ti mismo “he hecho un buen currículum”, “he superado una entrevista difícil”, “soy una persona trabajadora”, “tengo una buena formación”, etc.
  • Afronta los problemas, y busca soluciones creativas, eficaces y factibles. Por ejemplo, si no encuentras ofertas de empleo que se ajusten a tu perfil, puedes ampliar tu búsqueda a otros sectores, a otras zonas, a otras fuentes, etc.
  • Aprende de los errores, y no los veas como fracasos, sino como oportunidades de mejora. Por ejemplo, si no te han seleccionado para un puesto, puedes pedir feedback, analizar qué puedes mejorar, y aplicarlo en la próxima ocasión
  • Fíjate en los referentes, y busca personas que te inspiren, que te motiven, que te enseñen, que te apoyen, etc. Por ejemplo, puedes seguir a profesionales de tu sector, leer sus libros, escuchar sus podcasts, asistir a sus eventos, etc.

Conclusión

La búsqueda de empleo es un proceso que puede ser duro, largo y desafiante, pero también puede ser una oportunidad de crecimiento, de aprendizaje y de cambio. Para que este proceso sea más llevadero y más exitoso, es importante que mantengas la motivación y el equilibrio, y que cuides tu salud física y mental.

En este artículo, te he mostrado algunas estrategias y recursos para conseguirlo, como por ejemplo:

  • Definir tus objetivos y tu plan de acción
  • Desarrollar tus competencias y habilidades
  • Gestionar tus emociones
  • Cuidar tu salud física y mental
  • Mantener una actitud positiva y proactiva

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